martes, junio 28, 2005
El Congreso censura al Consejo Nuclear por fallar en el control de Vandellòs
La ponencia del Congreso que ha analizado durante dos meses el incidente de la central nuclear de Vandellòs II ha concluido que el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) falló en el control de la planta y que ésta ocultó información. Así lo afirman las conclusiones que, según los socialistas, han pactado PSOE, PP, CiU y PNV y que hoy presentarán en el Congreso. Las conclusiones obligan al consejo a publicar sus actas e informes internos y a mejorar su funcionamiento. El texto también impone a las centrales que revisen sus sistemas de control para evitar un caso similar.
Las conclusiones de la ponencia señalan que la rotura de una tubería en Vandellòs II (Tarragona) ha sido "el incidente más grave ocurrido en las centrales españolas desde el incendio de Vandellòs I, en 1989". A lo largo de ocho folios, el texto incluye obligaciones para el CSN y para los dueños de las centrales. El informe ha sido redactado por la socialista Rosario Velasco, quien ayer explicó que fue sencillo el pacto con los demás grupos. Izquierda Verde y ERC lo consideraron blando. Éstas son las principales conclusiones de la ponencia que ha escuchado a puerta cerrada a consejeros y técnicos del CSN y a los responsables de la central, propiedad de Endesa e Iberdrola.
- Qué falló. El Congreso afirma que "aunque existieron márgenes de seguridad, estaban muy por debajo de los exigidos" y que "han fallado los procesos del CSN para controlar al titular y detectar y hacer seguimiento del problema" y "los procesos internos del titular". El texto afirma que en la central hay "problemas organizativos" que han supuesto una clara disminución de la cultura de seguridad" y que falló la comunicación entre la central y el consejo.
El incidente ha vuelto a poner de manifiesto las discrepancias entre los consejeros y la presidenta del CSN, María Teresa Estevan Bolea. En sus comparecencias, los consejeros, los técnicos y la presidenta dieron versiones distintas. Los ponentes concluyen: "Se constatan asimismo discrepancias en el pleno del CSN que consideramos negativas para el funcionamiento de la institución". Por todo esto, el Congreso asegura que conocer "en profundidad el incidente" le ha producido "preocupación". La tubería del servicio de aguas esenciales se fue degradando durante años sin que la central hiciera nada por evitarlo pese a que conoció el problema en 1993. Finalmente, se rompió en agosto de 2004. La central paró en marzo y sigue parada.
- Cambios en el CSN. El Congreso insta al CSN a que establezca un procedimiento para "fijar en un tiempo mínimo" la clasificación del incidente. En el caso de Vandellòs, el CSN ha elevado dos veces la gravedad del incidente entre agosto de 2004 y abril de 2005. Inicialmente fue catalogado como anomalía (un cero en una escala de cero a nueve) y ha acabado siendo un nivel dos, algo que no ocurría desde 1992.
El texto de las conclusiones pide al CSN que refuerce el trabajo de los inspectores residentes "para que tengan mayores mecanismos de conocimiento y análisis del estado real de las plantas". El CSN tiene un inspectores residente en cada central. En el caso de Vandellòs no sirvió para detectar una corrosión que se podía ver levantando una arqueta. Además, pide que se refuerce la formación de los técnicos en seguridad nuclear.
Los diputados criticaron durante la ponencia las discrepancias entre la presidenta del CSN, María Teresa Estevan Bolea, propuesta por el PP, y el resto de consejeros, propuestos por PSOE, PP y CiU. Las conclusiones piden a los cinco consejeros que "aúnen sus esfuerzos en favor de la seguridad nuclear" y "tomen las acciones oportunas para mejorar el funcionamiento del pleno como órgano colegiado". El CSN debe informar en tres meses de sus acciones en esta dirección.
También pide al consejo que encargue "una evaluación internacional independiente y detallada de su informe de lecciones aprendidas sobre el incidente". El CSN debe remitir esta evaluación al Congreso en menos de nueve meses. Además obliga al consejo a establecer "mecanismos rigurosos de autoevaluación y de evaluación interna independiente a una unidad totalmente independiente" de quienes realizan los trabajos. En seis meses, el CSN debe también realizar una nueva versión de su manual de organización.
- Cambio en las centrales. Los ponentes han acordado unas recomendaciones para las centrales españolas: que cada una realice un estudio de lo ocurrido en Vandellòs y le entregue al CSN un plan de acción para que no pueda ocurrir nada parecido. El CSN debe evaluar esos planes e informar al Congreso en menos de seis meses. Además, cada una de las siete centrales debe presentar "una evaluación del estado de la cultura de seguridad de la planta".
Destituidos los tres directivos de la central
La junta de administradores de la asociación nuclear Ascó y Vandellòs destituyó ayer al director general y a dos directores técnicos tras el grave incidente en la nuclear Vandellòs II del verano pasado. El peor parado ha sido el director general de las dos nucleares catalanas, Juan José Perez Torrent, que ha sido destituido. Su lugar lo ocupará el ingeniero de minas Enrique Bordiu, que había sido director nuclear de Endesa.
Ángel Fernández, director de Vandellòs II, es el segundo cargo destituido; el tercero es el director de servicios técnicos, Ramón Sabaté. No obstante, pese a estas destituciones, a los dos se los ha situado como máximos responsables de dos direcciones de nueva creación: la de medios para Fernádez, y la de estrategia y planificación para Sabaté. Según Eugeni Vives, portavoz de las nucleares, los cambios "se hacen para mejorar la gestión e intentar reconducir las carencias detectadas" en la gestión del incidente del verano.
Endesa e Iberdorla, propietarias de las centrales de Vandellòs y Ascó, han creado la dirección general adjunta, que ocupará Luís Yagüe, hasta ahora director de explotación de Tecnatom, mientras que la dirección de servicios técnicos la ocupará Juan Bros, procedente de la misma empresa.
Las conclusiones de la ponencia señalan que la rotura de una tubería en Vandellòs II (Tarragona) ha sido "el incidente más grave ocurrido en las centrales españolas desde el incendio de Vandellòs I, en 1989". A lo largo de ocho folios, el texto incluye obligaciones para el CSN y para los dueños de las centrales. El informe ha sido redactado por la socialista Rosario Velasco, quien ayer explicó que fue sencillo el pacto con los demás grupos. Izquierda Verde y ERC lo consideraron blando. Éstas son las principales conclusiones de la ponencia que ha escuchado a puerta cerrada a consejeros y técnicos del CSN y a los responsables de la central, propiedad de Endesa e Iberdrola.
- Qué falló. El Congreso afirma que "aunque existieron márgenes de seguridad, estaban muy por debajo de los exigidos" y que "han fallado los procesos del CSN para controlar al titular y detectar y hacer seguimiento del problema" y "los procesos internos del titular". El texto afirma que en la central hay "problemas organizativos" que han supuesto una clara disminución de la cultura de seguridad" y que falló la comunicación entre la central y el consejo.
El incidente ha vuelto a poner de manifiesto las discrepancias entre los consejeros y la presidenta del CSN, María Teresa Estevan Bolea. En sus comparecencias, los consejeros, los técnicos y la presidenta dieron versiones distintas. Los ponentes concluyen: "Se constatan asimismo discrepancias en el pleno del CSN que consideramos negativas para el funcionamiento de la institución". Por todo esto, el Congreso asegura que conocer "en profundidad el incidente" le ha producido "preocupación". La tubería del servicio de aguas esenciales se fue degradando durante años sin que la central hiciera nada por evitarlo pese a que conoció el problema en 1993. Finalmente, se rompió en agosto de 2004. La central paró en marzo y sigue parada.
- Cambios en el CSN. El Congreso insta al CSN a que establezca un procedimiento para "fijar en un tiempo mínimo" la clasificación del incidente. En el caso de Vandellòs, el CSN ha elevado dos veces la gravedad del incidente entre agosto de 2004 y abril de 2005. Inicialmente fue catalogado como anomalía (un cero en una escala de cero a nueve) y ha acabado siendo un nivel dos, algo que no ocurría desde 1992.
El texto de las conclusiones pide al CSN que refuerce el trabajo de los inspectores residentes "para que tengan mayores mecanismos de conocimiento y análisis del estado real de las plantas". El CSN tiene un inspectores residente en cada central. En el caso de Vandellòs no sirvió para detectar una corrosión que se podía ver levantando una arqueta. Además, pide que se refuerce la formación de los técnicos en seguridad nuclear.
Los diputados criticaron durante la ponencia las discrepancias entre la presidenta del CSN, María Teresa Estevan Bolea, propuesta por el PP, y el resto de consejeros, propuestos por PSOE, PP y CiU. Las conclusiones piden a los cinco consejeros que "aúnen sus esfuerzos en favor de la seguridad nuclear" y "tomen las acciones oportunas para mejorar el funcionamiento del pleno como órgano colegiado". El CSN debe informar en tres meses de sus acciones en esta dirección.
También pide al consejo que encargue "una evaluación internacional independiente y detallada de su informe de lecciones aprendidas sobre el incidente". El CSN debe remitir esta evaluación al Congreso en menos de nueve meses. Además obliga al consejo a establecer "mecanismos rigurosos de autoevaluación y de evaluación interna independiente a una unidad totalmente independiente" de quienes realizan los trabajos. En seis meses, el CSN debe también realizar una nueva versión de su manual de organización.
- Cambio en las centrales. Los ponentes han acordado unas recomendaciones para las centrales españolas: que cada una realice un estudio de lo ocurrido en Vandellòs y le entregue al CSN un plan de acción para que no pueda ocurrir nada parecido. El CSN debe evaluar esos planes e informar al Congreso en menos de seis meses. Además, cada una de las siete centrales debe presentar "una evaluación del estado de la cultura de seguridad de la planta".
Destituidos los tres directivos de la central
La junta de administradores de la asociación nuclear Ascó y Vandellòs destituyó ayer al director general y a dos directores técnicos tras el grave incidente en la nuclear Vandellòs II del verano pasado. El peor parado ha sido el director general de las dos nucleares catalanas, Juan José Perez Torrent, que ha sido destituido. Su lugar lo ocupará el ingeniero de minas Enrique Bordiu, que había sido director nuclear de Endesa.
Ángel Fernández, director de Vandellòs II, es el segundo cargo destituido; el tercero es el director de servicios técnicos, Ramón Sabaté. No obstante, pese a estas destituciones, a los dos se los ha situado como máximos responsables de dos direcciones de nueva creación: la de medios para Fernádez, y la de estrategia y planificación para Sabaté. Según Eugeni Vives, portavoz de las nucleares, los cambios "se hacen para mejorar la gestión e intentar reconducir las carencias detectadas" en la gestión del incidente del verano.
Endesa e Iberdorla, propietarias de las centrales de Vandellòs y Ascó, han creado la dirección general adjunta, que ocupará Luís Yagüe, hasta ahora director de explotación de Tecnatom, mientras que la dirección de servicios técnicos la ocupará Juan Bros, procedente de la misma empresa.
(El Pais ©)
